El pasado 31 de marzo de este año, el Ayuntamiento de Barcelona aprobaba el último trámite para la creación de una empresa comercializadora de energía. Su nombré es Barcelona Energia, de propiedad 100% pública, comercializará 100% energía renovable y la producción de la energía será de proximidad. Se convertirá en la empresa pública energética más grande del estado, y se calcula que dará servicio a más de 20.000 hogares. Por otra parte, se estima que servirá para ahorrar 500.000 euros al contribuyente.

Esto no es una novedad en Europa, puesto que las dos ciudades más grandes de Alemania, Hamburgo y Berlín, ya disponen de un modelo similar de gestión pública integrada desde hace años. En el caso concreto de Berlín, la creación de la empresa pública de energía fue un elemento de consenso ciudadano, puesto que se votó en referéndum por iniciativa popular la creación de esta. De forma similar que Barcelona, Berlín fundó en 2013 Berliner Stadwerke desde la empresa pública de residuos, con el objetivo final de integrar procesos y reducir el impacto ambiental.

No es casualidad que se ponga el foco en las ciudades como los dinamizadores del cambio energético, puesto que son las grandes consumidoras de energía y la tendencia a la urbanización las convertirá, según datos de ONU-Habitat, en receptoras del 75% de la población para 2050. Por tanto, si las ciudades tienen una tendencia creciente en la demografía, la gestión que hacen estas de la energía será fundamental para el conjunto.

La democratización del control de la energía a nivel local es importante por varias razones:

La crítica usual sobre este tipo de acciones es la supuesta falta de eficiencia, sin embargo, varios estudios demuestran la viabilidad de los sistemas de gestión energética locales públicos y de proximidad. Además, algunos críticos argumentan que esto no es posible sin elevadas subvenciones y costes para el sistema. No obstante, tenemos el ejemplo del pueblo alemán de Saerbeeck donde la gestión local de la energía ha evolucionado de forma que los agricultores y ganaderos no solo se ocupan de sus fuentes originales de trabajo, sino que son productores de energía, con lo que compatibilizan y tienen un extra de ingresos. De hecho, esta población de menos de 8000 habitantes tiene un sistema de red eléctrica local de propiedad pública basado en la codecisión. Por si fuera poco, es autosuficiente energéticamente desde 2012 (a día de hoy produce 3.5 veces de lo que consume), y ha recibido el galardón como la ciudad más sostenible de Alemania.

Por lo tanto, no es una locura proponer que los ayuntamientos trabajen a nivel comarcal o intercomarcal para la producción y gestión de energía desde la codecisión y la colaboración público privada. De hecho, la estructura política y de gestión de residuos ya existe, por tanto, es factible tender hacía un sistema integrado de producción energética, recogida de residuos y distribución energética en la cercanía dentro de las mancomunidades.

Ciudades como Växjo, en Suecia,  han tendido hacia este sistema, con la integración de estos tres elementos para la producción y distribución local. Con ello se consigue por un lado menor impacto ambiental, eficiencia energética debido a la planificación integrada, e impacto positivo en la economía local. De hecho, este modelo tiene margen de financiación desde la UE dentro de los objetivos H2020, y la potencialidad para la creación de un hub tecnológico similar al que existe a en la península de Jutlandia en Dinamarca con la energía eólica.

En resumen, el futuro de la revolución energética pasará por la gestión local y la coparticipación ciudadana en los proyectos tal y como están llevando a cabo los compañeros de aeioLuz en algunos municipios de la comunidad Valenciana. Y esto no ocurrirá por la conveniencia de según qué intereses partidistas, sino por la constatación que la gestión y producción local no son solo positivas para el medio ambiente, sino que tienen un potencial económico enorme, y lo que es más importante, que tiene un impacto económico y generación de empleo en el territorio.

Share This