Llega la factura de la luz y el coste cada día es mayor. ¿Está en nuestras manos hacer algo para reducir ese coste? La respuesta es sí. Si nos tomamos en serio el ahorro energético doméstico, hay pequeños cambios que pueden ayudarnos y no requieren un gran esfuerzo.
Presta atención a estos consejos:
Calefacción:
- No abras las ventanas con la calefacción encendida.
- Para ventilar la casa son suficientes 10 ó 15 minutos.
- No tapes las fuentes de calor con cortinas, muebles o elementos similares.
- Instala un termostato en la calefacción y regúlalo para una temperatura de no más de 21º C en invierno, por cada grado adicional gastarás aproximadamente un 5% más de energía.
- Revisa periódicamente el estado de la caldera, aumentará su eficiencia y su duración.
- Cierra los radiadores que no precises y apaga completamente la calefacción si tu casa va a estar desocupada.
- Elige en este orden: solar, biogás, biomasa, leña, gas natural, propano o butano.
- Evita la electricidad si no es de origen renovable por autoconsumo.
Iluminación:
- Aprovecha al máximo la luz del día.
- Apaga las luces al salir de las habitaciones.
- Utiliza luces próximas para trabajos como leer, estudiar y elimina las luces indirectas que suponen gran consumo al tener que ser de mayor potencia.
- Sustituye las bombillas “normales” por otras de bajo consumo o leds. El precio de compra es mayor pero, amortizarás pronto la inversión pues consumen un 80% menos y duran hasta 8 veces más. Empieza por sustituir solamente y de partida, las luminarias que utilices más de 3 horas al día. El resto las puedes ir cambiando poco a poco después, conforme se vayan fundiendo o estropeando.
- Si tienes instalados tubos fluorescentes, continúa utilizándolos, consumen mucho menos que las bombillas tradicionales.
- Utiliza balastos electrónicos en vez de magnéticos en los tubos fluorescentes, y no los dejes encendidos si no los vas a usar.
- Mantén limpias las bombillas, tubos fluorescentes y reflectores.
Electrodomésticos:
- Ten en cuenta el etiquetado energético en los electrodomésticos. El etiquetado energético informa al usuario sobre el consumo de energía y otros datos complementarios relativos a cada tipo de aparato a lo largo de su vida, por ejemplo: El ruido, la eficacia de secado y de lavado, el ciclo de vida normal, etc. Este tipo de información aparece en aparatos eléctricos tales como los frigoríficos, congeladores, lavadoras-secadoras y lavavajillas e incluso también en fuentes de luz, como son las lámparas.
Agua caliente:
- Una temperatura del agua de 40º C es suficiente para ducharse. Regula el calentador a esa temperatura para evitar calentar agua y luego enfriarla mezclándola.
- Ahorrando agua caliente ahorramos energía. Todos los consejos para ahorrar agua son válidos para ahorrar energía.
Este es sólo el principio, así que si quieres empezar a cuidar el planeta, ser más eficiente energéticamente y de paso ahorrar en tu factura, empieza a ponerlos en marcha. Y en breve os diremos el resto 😉