Llevar a cabo una auditoría energética en empresas responde a una doble necesidad por parte de éstas. Por un lado, cara a fomentar un ahorro económico y de costes. Y por otro, un ahorro medioambiental y de energía necesario para conseguir ser una empresa sostenible y respetuosa con el medioambiente. ¿Cómo conseguirlo? Con más medidas de ahorro y mejora en eficiencia energética como estas…

Hace unas semanas establecíamos una primera parte de medidas de ahorro y mejora de eficiencia energética en oficinas, espacios donde el consumo de esta se dispara cada año más y más, y con ello el gasto económico al que las diferentes empresas deben hacer frente. Sin embargo, aún hay más medidas que poner en práctica amén de las mencionadas en la anterior entrada y que merece la pena poner en valor. La supervivencia energética de estos espacios, incluso, se encuentran en entredicho.

Y es que, una auditoría energética puede ayudar a ahorrar energía y por ende electricidad también en partes clave como la iluminación o los equipos eléctricos. Sobra decir que un elemento esencial son las bombillas que proporcionan luz a las diferentes estancias. Para ahorrar en este sentido, se debe optar por bombillas de bajo consumo y con altos índices de eficiencia energética. También aprovechar la luz natural debe ser un aspecto vital a tener en cuenta en las empresas. Por ello, siempre que sea posible, se debe orientar el puesto de trabajo para aprovechar al máximo el uso de la iluminación natural, asegurando que no se producen deslumbramientos molestos para el personal con el uso de cortinas orientables, persianas y otros elementos similares.  De esta manera, además de ahorrar energía, conseguiremos un ambiente más agradable y mejorará la sensación de bienestar general de los empleados.

También el uso de tonos claros y tenues para decorar paredes, techos y el mobiliario, ya que presentan mayores índices  de  reflexión  que  los  colores  oscuros. Mantener  limpias  las  ventanas  y  levantadas  las persianas/toldos/cortinas en la medida de lo posible, siempre  y  cuando  no  produzca  deslumbramientos. También se debe evitar, paralelamente, el uso innecesario y excesivo del alumbrado, y apagar las luces cuando no se estén utilizando, incluso durante periodos cortos. Instalar células fotosensibles, sensores de luz o los llamados como interruptores horarios ayudan o permiten el encendido y apagado de las lámparas en función de un horario establecido para cada zona, evitando que estén encendidas en momentos en que no son necesarias, además de por las noches, los festivos y fines de semana. Éstos actúan como detectores de persona y solo se iluminan cuando hay gente, sino permanecen apagados.

También se puede ahorrar electricidad en una oficina teniendo muy en cuenta los diferentes equipos informáticos. Es recomendable que éstos lleven la etiqueta Energy Star. Este sello se puede encontrar en ordenadores, monitores, fotocopiadoras, impresoras, faxes y escáneres, entre otros, y garantiza que los equipos que la llevan cumplen unos requisitos mínimos de eficiencia energética. Transcurrido un tiempo sin usarse, pasan a un estado de reposo en el que el consumo es como mucho un 15% del normal. En su página web se pueden consultar los distintos equipos comercializados en la UE con el sello Energy Star. Entre otras medidas, apremiar más el uso de ordenadores portátiles que son equipos más eficientes que los de sobremesa. Tienen pantallas de cristal líquido, que consumen mucha menos energía que cualquier monitor de un PC convencional, e incorporan más opciones de ahorro energía.

Los monitores con pantalla LCD (de cristal líquido) consumen entre un 50-70% menos energía en modo encendido que los monitores convencionales de tubo catódico (CRT). Para una media de 8 horas de trabajo diario, el ahorro energético de un monitor LCD frente a un CRT del mismo tamaño puede llegar hasta 100 kWh al año. Además, ahorran espacio y permiten visualizar mejor la imagen. También se recomienda  adquirir fotocopiadoras / impresoras que impriman a doble cara para ahorrar energía en la oficina, usar enchufes programables que permiten el apagado y encendido automático de todos los equipos conectados a ellos, regletas múltiples con interruptor además de algo muy importante como es configurar adecuadamente el modo de ahorro de energía de los ordenadores, impresoras, fotocopiadoras y resto de equipos ofimáticos.

 

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